09 marzo 2009

Bodhidharma



Dice Bodhidharma:
“Cuando la mente deja de moverse, penetra en el nirvana. Nirvana es una mente vacía. Cuando no exis­te la ignorancia, los Buddhas alcanzan el nirvana. Cuando no existen las aflicciones, los bodhisattvas entran en el lugar del despertar.
Un lugar deshabitado es uno sin codicia, odio ni ignoran­cia. La codicia es el reino del deseo, el odio el reino de la forma y la ignorancia el reino sin forma.
Cuando da comienzo un pensamiento se penetra en los tres reinos. El principio o fin de los tres reinos, la existencia o no existencia de todo, depende de la mente. Esto es aplicable a todo, incluso a objetos inani­mados como rocas y palos.
Cualquiera que sepa que la mente es una ficción y está vacía de cualquier cosa real, sabe que su propia mente ni existe ni no existe.
Los mortales siguen creando la mente, procla­mando que existe.
Los arhats siguen negando la mente, pro­clamando que no existe.
Pero los bodhisattvas y los Buddhas ni crean ni niegan la mente.
(Saben que NO HAY MENTE y NO HAY NO-MENTE) “
Comprender la naturaleza de la mente es pues situarse en el camino medio fuera de los pares de opuestos sin juzgar nada ni como bueno ni como malo, ni entender nada encasillandolo en conceptos mentales:
“Si utilizas tu mente para estudiar la realidad, no entenderás ni tu mente ni la realidad. Si estudias la realidad sin utilizar la mente, entenderás ambas. Aquellos que no comprenden, no en­tienden el entendimiento. Y aquellos que comprenden, entien­den el entendimiento. La gente capaz de verdadera visión sabe que la mente es vacío, trascienden tanto comprensión como no comprensión”
EL bodhisattva no abandona el mundo apegándose a la inexistencia o el no ser ni se queda en el, apegándose a la existencia, el desapego es pues la esencia del camino
“Los ojos que no se aferran a la forma son las Puertas del Chan. Los oídos que no se aferran al sonido son también las Puertas del Chan. En pocas palabras, aquellos que perciben la existencia y la naturaleza de los fenómenos y permanecen sin aferrarse son liberados. Aquellos que perciben la apariencia externa de los fenómenos están a su merced. Liberación significa no estar su­jeto a la aflicción. No hay otra liberación. Cuando se sabe cómo mirar la forma, la forma no da paso a la aparición de la mente y la mente no da paso a la aparición de la forma. Am­bas, forma y mente, son puras.”
EL Chan es el camino directo al despertar, su fin se encuentra más allá de la mente, más allá de las ideas y conceptos y de la Dualidad. Para darnos una idea de su profundidad dice Bodhidharma:
“Los Buddhas tienen tres cuerpos de transformación, un cuerpo de recompensa y un cuerpo real. El cuerpo de transformación también es llamado cuerpo de encarnación.
El cuerpo de transformación aparece cuando los mortales realizan buenos actos, el cuerpo de recompensa cuando cultivan la sabiduría y el cuerpo real cuando se hacen conscientes de los sublime. El cuerpo de transformación es el que puede verse volar en todas direcciones rescatando a otros allí donde puede. El cuerpo de recompensa pone fin a las dudas. La Gran Iluminación sucedida en los Himalayas se convierte repentinamente en verdad. El cuerpo real no hace ni dice nada. Permanece perfectamente inmóvil. Pero en realidad, ni siquiera existe un cuerpo de Buddha, y mucho menos tres. Este hablar de los tres cuerpos está simplemente basado en la comprensión humana, que puede ser superficial, moderada o profunda.
La gente de comprensión superficial imagina que acumula méritos y confunde el cuerpo de transformación con el Buddha. La gente de comprensión moderada imagina que está poniendo fin al sufrimiento y confunde el cuerpo de recompensa con el Buddha. Y la gente de profunda comprensión imagina que experimenta la budeidad y confunde el cuerpo real con el Buddha. Pero la gente con la comprensión más profunda mira en su interior, sin ser distraída por nada. Como una mente clara es el Buddha, alcanzan la comprensión de un Buddha sin utilizar la mente. Los tres cuerpos, como todas las además cosas, son inalcanzables e indescriptibles. La mente sin estorbo alcanza el Camino.”